viernes, 15 de junio de 2012

Una historia para cada uno de nosotros...

Hace tiempo me contaron una historia, la cual hablaba del amor, de un amor apasionado, uno de esos que cuando entra en tu vida la pone patas arriba, lo desbarata todo y ya nada vuelve a ser igual.
Esa historia hablaba de un chico locamente enamorado de alguien que no era la persona adecuada ya que ese amor no era correspondido de la misma manera. El solo vivía por y para ella recibiendo a cambio desplantes y engaños...Cuando el chico no pudo mas y decidió seguir adelante con su vida separando el camino de ella solo encontró soledad y vacío, parecía que no volvería a encontrar su sitio en el mundo, ya que el pensaba que ella era lo único que le podía hacer feliz.
Un día cuando ya pensaba que no podría volverse a enamorar, que ya todo en su vida se resumía a la resignación conocio a una chica, pensaba que solo era una buena amistad como cualquier otra, pero conforme el tiempo pasaba se daba cuenta de que esta chica le devolvía cosas que el pensaba olvidadas en su interior,con ella sentía alegría, cariño, felicidad y plenitud cuando estaba con ella y vacío cuando se alejaba ya que la echaba de menos a todas horas.Por momentos pensaba que era algo normal, que con ella había forjado una buena amistad, pero sin embargo por otro sabia que era algo que nunca había sentido, algo que escapaba mas aya de su experiencia y su cabeza. Al final el chico se dio cuenta de que no podía vivir sin ella, que todo sentimiento era muy distinto a los que nunca había sentido y es que esta vez realmente hablaba su corazón, sabia que la quería por encima del tiempo y el espacio y que no le importaba cuanto durara si no con la intensidad que lo hacia, por que este amor si le hacia feliz de verdad ya fueran amigos o algo mas, simplemente con sentirla cerca y escucharla hablar le servia para ser feliz.
El amor verdadero llega cuando menos lo esperas y de la forma menos común que puedas imaginar, y cuando lo hace va mas aya de cualquier expectativa, el amor verdadero nos llena de felicidad incomprendida y nos une a esa persona de una forma especial.
Y es que la razón no entiende lo que el corazón comprende.

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